sábado, 7 de febrero de 2009

retortijón de barriga

Que malo es un retortijón de barriga, esto me sucedió en Andújar (Jaén)

Había terminado de trabajar, eran mas-menos las 7 de la tarde y me dije: Voy a llamar a mi mujer desde un teléfono público (los móviles ni pensamientos de existir) y después me meto en el cine. Ya estaba en la taquilla cuando sentí un poco de molestia en el vientre, bueno pensé ahí habrán servicios, lo repensé y no saqué la entrada y me dirigí al hotel que estaba a un kilómetro aproximadamente de donde me encontraba. Caminaba al principio despacito, sin prisas, pero los intestinos empezaron a gruñir con mas fuerza, aceleré el paso, el culo apretado cuanto podía y los piés abiertos para hacer mas fuerza, ay madre que no llego, ánimo Pepe que falta poco, por fin llego al hotel. Conserje, conserjeeeeeee, en recepción no hay nadie, le doy la vuelta al mostrador, cojo mi llave, trepo por las escaleras con un, no llego, no llego y por fin llego a mi habitación. Como iría que no acertaba a abrir la puerta, ay mamaita de mi alma que esto no se abre, ante la imposibilidad de abrir, no acertaba, me acuerdo que en el pasillo había visto unos servicios comunes me dirijo allí de un brinco y... bueno, no me dió tiempo de quitarme los pantalones. Tras la catástrofe, ahora viene como llego a mi habitación. En pelota picada me asomo al pasillo, no veo a nadie, me decido y de una carrerilla me planto en mi habitación, ahora si abro, me meto en la bañera tal como iba y los pantalones conmigo. Allí terminé la gira, pero que apuritos pasé.

Hasta otra ocasión.

3 comentarios:

Candela dijo...

Jajajajaja... Perdone que me ria, don Pepe, un retortijon es de lo peor (yo he sufrido varios), pero lo de cruzar le pasillo en pelota picá no tiene precio!!!

Teresa Guzmán dijo...

si si, este caso nos lo ha contqdo muchas veces, y siempre nos reímos en la misma parte del relato, sé que tiene más casos de estos, a ver si se atreve y los cuenta, jajajaajj, eres un caso papá, jajaajaj

Susana Ce. dijo...

Bueno, bueno, Pepe. No te aprues, que todo el mundo hemos tenido de esos. Yo estuve una vez muy mala del estómago y estue como un mes sin salir de casa y para un día que me decido me puse mu malita mu malita. Afortunadamente a mí me dió tiempo a llegar, pero por poco, vamos, por casi ná. jaja
Y cuantos más cosas, que como las cuentas con esa gracias que dice Candela, esa gracia del sur, a mi me gusta mucho leerlas.
algún día lo mismo te cuento la anécdota del frenazo del vecino. jaaaaaaajaja