martes, 3 de febrero de 2009

...Y ES QUE HAY GENTE PA TO

Esta frase de: hay gente pa tó la dijo El Guerra, afamado matador de toros, cuando le presentaron un buen dia a un filósofo (Ortega y Gasset) e inquirió y eso que es? le respondieron que era una persona que se dedicaba a trabajar sobre ideas y pensamientos y el matador respondiò con la frase que se hizo famosa.

Pues eso digo yo, es que hay gente pa tó y aquí el que no vuela corre.

Antes del "butano" se usaba para cocinar el petróleo y antes del petróleo el carbón, esto, aunque os pueda parecer mentira es así, pues el carbón se ha usado mucho mas tiempo para estos menesteres que los combustibles actuales.

Corrían los años 50 á 60 del siglo pasado y el carbón muchas veces escaseaba, con la consiguiente preocupación de las amas de casas del momento. Para adquirirlo había muchas veces que desplazarse a otro barrio, hacer colas, en fin, una pequeña o gran odisea, depende de como se mire y a todo esto la comida sin hacer.

Un buen dia aparece un señor con un triciclo de pedales en una casa de vecinos. Pregunta donde vive fulanito de tal y las comadres del lugar le llevan al sitio, todo esto sin perderlo de vista, pues el sujeto en cuestión lleva una canasta (aquí se llama espuerta) de carbón de categoría y se quedan con la oreja al pairo a ver si cogen la conversación. Le dice el interfecto a la esposa del fulano: Su marido me ha dicho que le traiga esta cesta de carbón. La mujer se sorprende, no se lo cree pero el gacho persiste en el si mas rotundo. La mujer quiere gratificarlo con unas monedas y el hombre se niega, que va, le responde si su marido ya me ha dado dinero para el triciclo y para la propina. Las marujas del lugar empiezan a acosar al hombre y este les cuenta la historia.

Resulta que en el sitio donde el marido de esta mujer trabaja (sabía el sitio, el nombre del marido, en fin el tio estaba documentadísimo) ha llegado unos vagones de carbón y están vendiéndolo a los familiares de los trabajadores a tal precio. Las mujees ponen los ojos en blanco, mas barato, mucho mas barato que en las carbonerías y un carbón de primera. Empiezan dándole coba al hombre, el hombre se hace querer y termina haciéndose cargo de pedidos de carbón para medio barrio, eso si, el pago por adelantado, pués él al retirarlo tiene que pagarlo.

A media tarde aparece el esposo de la beneficiada con la cesta de carbón y las mujeres le preguntan por el compañero de trabajo que se ha llevado el encargo del carbón. El pobre hombre no sabe de que le están hablando, ni él ha mandado a nadie con carbón, ni él tiene compañero con esas señas, ni en su trabajo han llevado carbón, ni ná de ná.

Un grito sale de las gargantas de las mujeres del lugar. HIJOOOO DE LAAAAAAAAAAA GRAAAAAAAAANNNNN PUTAAAAAA COMO NOS HAN TIMAAAAAAAAAAOOOOOOO.

Esto es tan verdad como la vida misma.

Si se han divertido con la historia me alegro, si nó lo lamento.

Un cariñoso saludo

2 comentarios:

Candela dijo...

Jajajaj, me he divertido, Pepe, hijo, es que hasta para timar hay gracia en el sur!!

Susana Ce. dijo...

Jaaaaaaaaaaaajajaj que bueno, si es que de antes (más que ahora) había que buscarse las habichuelas como fuera.

Besitos!