lunes, 15 de septiembre de 2008

cosas de mi sevilla

Pongo de "mi" con el respeto profundo que siente o debe sentir una persona que ha sido acogido en una ciudad y la hace suya. Como ya explicaba en otro apartado de este blogg, soy sevillano por la gracia de Dios, porque fui parido aquí, ya que mis padres no eran nativos de esta ciudad.

Hasta hace poco Sevilla era una ciudad provinciana, donde todo el mundo se conocía, esto no quiere decir que todos conocieran a todos, pero si, había unas relaciones y costumbres que unia una cosa mala. Aún todavía en muchos barrios, hablo por experiencia, vas por la calle y no paras de saludar a diestro y siniestro. Yo trabajaba en una Cia de Seguros y me preciaba de conocer a mas del 80 por 100 de los empleados del gremio, con la Banca pasaba lo mismo, los Médicos, los Abogados, los Mecánicos en fin que no estoy contando una película de miedo, que si pasabas dos veces por el mismo sitio ya estabas fichao.

Sevilla tenia una serie de puertas que con el tiempo (llamamos a esto progreso) fueron desapareciendo. Cada una de ellas tenia un nombre, macarena, de cordoba, osario, de carmona, de la carne, etc. etc. bueno, pues cada una tenia sus propias peculiaridades- Hoy me voy a referir a hechos que sucedieron alrededor de la Puerta Osario.

Un velatorio en una casa de vecinos (hay que ver las ganas de reir que te dan en un velatorio) el fallecido en la cama con los brazos cruzados en el pecho, la viudad desconsolada a la cabecera de la cama, los allegados a su alrededor y los vecinos unos que entran y otros que salen. De buenas a primeras el muerto pega un brinco en la cama. Las gente se pegan por salir, hay quien se tira por la baranda al patio (la altura seria menor a tres metros) y la pobre viuda entre los huidizos vecinos se encaja en las escaleras, pero lo pensaría mejor y se para y se pone a clamar:

AY POR DIOS NO DEJARME SOLITA CON "ESTO" QUE ME DA MUCHO MIEDOOOOO.

El personal se repuso y entraron varios hombres, muy pegaitos unos a otros, en la sala donde estaba el fiambre y ya entro la pobre viuda, que siguió siendo viuda, pues el pájaro no resucitó.

* * *
En la puerta osario se juntaban varios "limpias" (señores que por unas monedas te abrillantaban el calzado). Uno de ellos era mas feo que un mono comiendo limones, horroroso de feo, mas feo aun, era fuertote, siempre con los brazos al aire libre, llevaba las mangas remangadas, su pitillo en la boca mientras curraba, su boina, en muchos casos su media botella de vino en la caja de las herramientas y era ejercicio practicado solo por hombres. Bueno pues un buen dia el hombre empieza a echar tripa. Fulano, le dicen,te estás poniendo gordo joio y así pasaron los dias hasta que se enteraron de que había dado a luz a una niña. Esto fué cantado por las comparsas de los carnavales y fué muy celebrado en Sevilla. Creo que se le perdio la pista al personaje en cuestion.

En otro momento volveré con otra historia, pues ahora me está llamando la Jefa "pa come" , pues parece que ya ha puesto la cena.

Un cariñoso saludo para aquel que me lea.

1 comentario:

Candela dijo...

Me encantan esas historias Sr. Guzman. Siga usted deleitandonos, por favor...